domingo, 20 de noviembre de 2011

El desamor es una urgencia total. Insensible. Insaciable. El desamor es el desequilibrio maniático que a todos llama desde el fondo de la inconciencia. ¿Cuánta felicidad sería soportable en un cuerpo? Es necesario abrir un hueco en el alma y echarlo todo a la mierda de vez en cuando; un boquete para que se hunda la nave: ¡DIOS! ¡Las eternas desgracias de los buques que llegan a puerto! ¡Los miserables que ignoran los corazones gangrenados! ¡Los que no han sentido los ojos supurantes de sanguijuelas repletas!

¡Qué tragedia esta de las almas plenas y felices! ¡Qué desperdicio de existencia la de los amorosos de París y buenas noches! De los hijos vehementes de Dios y sus espinas germinadas.

El desamor es un salvavidas en medio del océano derrotado. -El que no bate ni lucha. El que no vive-. Es la cuerda que rescata en la cima del monte conquistado. La asfixia que encuba del primer aliento. La gota de sangre que descompensa el corazón.





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1 comentario:

  1. Diablos, algo sucede... leo tu publicación del desamor, justo después de publicar mi semana de aniversario...

    :/

    Saludos!!!!

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