miércoles, 22 de agosto de 2012

Me despertó el sonido áspero, vacío y desolador del tren. Una atmósfera ocre escurría por mi ventana. Un mundo de rieles forjados con sangre y óxido me arrebataba del púrpura de mis sueños. La incompatibilidad eterna entre el hombre y el hombre.

2 comentarios:

  1. Que milagro que venga por acá, ¿no gusta una tacita de puro?

    Saludos Martasinhache

    ResponderEliminar
  2. Tres meses más y hacías el año desaparecida por tu blog; estaba a punto de reportarte desaparecida.

    Me da gusto leerte de nuevo, un gran abrazo y espero que sigas mejor...

    ResponderEliminar