
Planeo mecerme en el diván deforme de los momentos incómodos, de los caprichos ajenos de nena y de la larga lista de difamaciones ingeniosas. Después -con paciencia para no cachar tétanos- ataré los resortes a una cinta de zapato y me los colgaré al cuello.
Luego, y sólo por diversión, le pondré a cada uno un nombre griego.
El tuyo se llamará: “MELAPELAS”
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