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domingo, 13 de noviembre de 2011

A Adriana

Verla ella es como mirar a un espejo opaco, empañado, quebradizo. Es como escuchar golpeteos de alas murciélagas en las paredes de la memoria. [¿Son sus ojos los míos? ¿Es su amor el nuestro?]

Verla es como sangrar su dolor en mis palmas; tocar sus clavos, su corona de espinas en mi propia frente.

Verla a ella, a su disposición de cupido en primavera, es revivir el amor que enterró sueños en el cementerio de mi cadera; en la vacante mortuoria en medio de mis senos de escarcha. [¿Son sus plegarias las mías? ¿Es mi temblar su esperanza?]

Verla a ella es sufrir de nuevo el más feliz e impío de los idilios. La devoción más inicua que jamás se haya sentido.

Verla a ella y sus yemas rotas, su labios morticios por el choque de los besos amoroso y furtivo. [¿Será su destino el mío? ¿Es mi desamor su duelo?]






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2 comentarios:

Adriana dijo...

Adriana, así me llamo yo, qué casualidad!!

Escribes de maravilla... te seguiré leyendo, y ay te sigo(:

Besitos , te espero por el mío:

www.marencalma-adriana.blogspot.com

Isabel dijo...

Ella Adriana
Yo Adriana : )
ciertamente no es un nombre que me guste mucho, por ello prefiero Isabel pero sí me ha gustado bastante lo que escribiste.