Me falta vergüenza para robar las letras des-rimadas de una mujer vampira. No es que me des-sorprenda el dolor que le causen las balas solitarias que han engreído nuestra tierra, pero estoy acostumbrada a des-apreciar cualquier cosa que me descontente.
Es casi una pasión y por nada una descostumbre. Disgusto del afán de tantos de la publicidad más vana. La juzgo –dirán algunos- mas no la condeno (¿Quién podría condenar tanta pus y tantas yagas?)
2 comentarios:
como que ya nadie te comenta, no? Ni siquiera yo, porque me he conseguido un trabajo, y al menos otra cosa en la qué estar pensando además del internet. Increíble, pero cierto
saludos Marta y ojalá que ya mero acabes la carrera... o que, en su defecto in-defecto la hayas acabado.
disconforme pero no queda claro de q... ahora... si queda claro q disconforme... suena.
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