Dejarte pasar.
Desapricionarte de mi álbum de recuerdos espinados.
Dejarte fluir entre los dedos quijanos de mi angustia;
incontenerte en las grietas de mi fervor de Estocolmo.
Dejarte pasar.
Como se deja pasar la primavera, la felicidad, la vejez sedentaria;
como se libera el sueño de las cadenas de la percepción.
Dejarte pasar como a los errores de la impericia;
como a los recuerdos indeseados;
como a los sueños de la noche anterior.
Dejarte pasar.
Como pasa el fulgor del estío;
como el tranvía de la estación olvidada;
como pasa el pañuelo que el viento arrancó.
Dejarte pasar como fluyen las lágrimas al seno;
como se arroja al olvido el amor.
Dejarte Ser en otros entendimientos,
despojado para siempre de mi concepción de tu escencia;
dejarte dejar de ser en mis términos
para que seas en los términos de cuantas aniden en tus entrañas -vicerales y no-.
Dejar que seas quien eres para dejar de ser el que recuerdo;
el que aborrezco en los términos amorosos de quien desea más de lo que obtiene;
dejarte pasar para entender que "todo pasa, porque todo se olvida, y el recuerdo entristece lo mejor de la vida".
Dejarte pasar para reivindicar el amor nonato con que te adorné.
Dejarte pasar. Como a los huracanes. Dejarte pasar.
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2 comentarios:
Es la mejor manera de continuar, de levantarse, respirar y observar hacia adelante.
Dejar pasar, de lado, dejar pasar.
Me gustó bastante la entrada.
No dejes pasar intocable a la tristeza, si te va a hacer escribirnos así.
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