Las publicaciones en este blog están protegidas por los derechos de autor

domingo, 23 de marzo de 2008

Autodestrucción

Hoy tengo unas tremendas ganas de autodestruirme. Dejar abierta la ventana, para que me asfixien los -40 grados de la noche; dormir envuelta en miel junto a algun nido de hormigas; no tomar la pastilla esa que dice el doctor me hace vivir. Escuchar y escuchar el disco aquel ya rayado, el repleto de fraces suicidas e ideas inacabadas; mirar mis cicatrices detenidamene para intentar recordar el dolor que sentia -claro, claro, lo unico que necesito es un empujoncito para cruzar la ventana- Llorarme los ojos a lo largo de la cara; matarme de insomnio y hastío; abrirme las venas con la vacante de su amor...
Y es que es dificil acordarse de cada una de las promesas que uno se autoinflinge: las ganas de vivir, la paciencia abnegada, los ojos sonrientes. A veces la esperanza simplemente se acaba, la sonrisa se borra, la palabra hace sangrar. Eso no es culpa de nadie... supongo que si lo dijo fue porque lo siente, si no lo hizo fue porque no tuvo ganas -o porque me olvidó- ¿Eso a quien le afecta? ¿Tiene alguna resonancia -aún minúscula- en el mundo de los jocosos mortales? No... no... Lo unico que tiene es este enamoramiento mio por la autodestrucción.
.

3 comentarios:

Samuecchi dijo...

Nunca he dudado del poder de una ventana. Es un agujero defectuoso, lo único que lo hace aplaudible es su tenacidad para expulsarnos y a la vez lanzarnos al vacío.

Una botella y una ventana poseen el mismo efecto.

Un saludo
D.

Pollini dijo...

Pues sí... Cualquier tipo de amor es un arma de doble filo...

A veces se odia, pero es tan necesario...

Y como dicen:
del amor al odio hay un solo paso

Pollini dijo...

ahh sí, por cierto, hace mucho que no me pasaba por tu blog pero... aquí volveré a venir... espero no le haya molestado que la haya puesto en los links

saludos aguein