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lunes, 22 de junio de 2009

Deseo y Trabajo

Cuando bajamos de las montañas,
cargando en nuestras mochilas
a nuestros muertos y a nuestra historia,
venimos a la ciudad a buscar la patria.
La patria que nos había olvidado
en el último rincón del país;
el rincón más solitario,
el más pobre,
el más sucio,
el peor.
Subcomandante Marcos, 1994
.
¿Cómo puede una persona orgullosa de su tierra decir que vive en el peor de los rincones? ¿Cómo puede atreverse a llamarlo el más sucio de los mismos; el último? ¿Dónde radica la razón del cuantitativo de lo malo? ¿Una tierra verde, con agua, recursos, futuro, puede llamarse la peor de las tierras?

No puedo dejar de pensar en los antepasados que nos dieron – no patria- sino estado. ¿Qué fue de aquellos vencedores del desierto que años después de iniciada la colonización vinieron a morir de sed entre nuestras dunas? Aquellos verdaderos valientes, desterrados del centro y del sur que vinieron a surcar mezquites y a esquivar desgracias. Ellos, los que verdaderamente fueron escupidos al peor de los rincones, al más seco, al más odiado, al PEOR. Mi gente –nuestra gente- trabajó y trabaja porque no le queda de otra. No tenemos manera de estirar la mano a pedir pan, agua, limosna. Nuestra tierra nos ha hecho reacios, tercos, gruñones. Para nosotros no hay más grande ofensa que un hombre que no trabaja, que pide sin merecer, que se queja sin razón alguna. Afrontamos y superamos. El clima nos ha moldeado. La sed y el desierto se nos ven en las sienes y nos obligan a arrancarle vida a esta tierra yerma a punta de esfuerzo y perseverancia. No tenemos tiempo de gastar energías en lo que no lo merece, lo que no nos llene la boca de pan, las manos de callos. El norte se ha construido a si mismo, y una vez ufano y engallado a construido para los demás.

El norte es ahora rico, ha surgido de la más absoluta de las pobrezas. Aún así, los ricos, -los verdera y originalmente ricos- se atreven a jactarse y regodearse en su pobreza. Se llaman olvidados, abatidos, víctimas, merecedores. ¿Qué hicieron 500 años antes? ¿Cuándo decidieron vivir de lo que cualquiera les diera –llámese naturaleza, o gobierno-? ¿Cómo se permitieron llegar hasta ahí? No quiero menospreciar ni desdeñar a la gente –aquella gente- que viva a horcadillas en las esquinas del sur de nuestra patria. La gente que tenga hambre y carezca de un gobierno que le responda. Pero este será el problema de esa gente: buscará por siempre que el gobierno le responda, como le ha respondido la vida eternamente; se cruzará de brazos esperando soluciones, sin jamás salir a buscarlas en donde deba. Las buscará, al contrario, en las armas, la exigencia y la violencia, pero nunca en el empeño, el trabajo, la superación. Esta gente –aquella gente- estará condenada por siempre a ser un lastre para los nuestros. Nos pedirá y a regañadientes le daremos, nos gritará y como siempre la ignoraremos, nos toleraremos en nuestro idílico arraigo domiciliario hasta que aquellos mueran de hambre debajo de algún platanar.

¡Qué grandes son las diferencias de nuestra gente y nuestra tierra! Quizá sea eso lo que nos tenga amarrados en la casilla en la que estamos. Algunos queremos salir adelante, y lo hemos hecho histórica y consuetudinariamente; otros se han aferrado a ser las eternas víctimas del cuento, y demandan ser indemnizados por quién sabe qué antiguo pesar.

Señores: Si viviésemos nosotros en aquel olvidado y peor rincón de ustedes, y lo convirtiéramos en lo que hoy es nuestro seco y arenoso paraje, vendrían entonces a quejarse, demandar, lloriquearnos con tierra en la sonrisa y la tez azulada, pues jamás habrían buscado mejora alguna para la tierra yerma en la que viviesen. Nosotros les diríamos ¡Pobres! ¡Desafortunados! ¡MALDITOS!, ¡Que busquen mejores tierras; mejor provecho; mejor condición!.

¿Qué les falta? ¿Qué les negó la naturaleza? ¿Qué no les han dado? Les falta Deseo, señores, Deseo y Trabajo.
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miércoles, 10 de junio de 2009

Estrés

Pfff! Ayer fue un día dificil. Lo peor es que fue un día estresantemente difici.

Seguramente es culpa de que voy a termnar la carrera... no sé ... , y que empieza uno a preguntarse si el lugar en el que está parada es el más conveniente. Puedo decir que me gusta lo que hago, pero hay cosas que seguramente disfrutaría más, y circunstancas que en definitiva me molestarían menos. He intentado acercarme a esas cosas paradisíacas que se representan en mi mente... cada vez con más fuerza, y sé que irremediablemente terminaré haciendo lo que disfruto, y ensima de todo, cobrando por ello, sólo tengo que poner más ahínco en mi empresa, y comprender que en gustos se rompen géneros.

Alguien me dijo que no habia que trabajar para vivir, sino al contrario. Sé que suena enfermizo de primera instrancia, pero no se asusten, en realidad es cierto. El trabajo debe de ser algo tan gratificamente, que el salario percibido por él sea solamente un aliciente para no descalzarse y pedir dinero en las esquinas.

También supongo que no se puede quedar bien con todos, y que uno mismo debe de saber ponerse altos. No vale la pena perder la cabeza por un buen cúmulo de cosas, y las consecuencias derivadas de muchas tragedias, no tienen precisamente esa característica... sino que a uno le gusta escandalizarse y disfrazarse de fatalista. Las cosas no están para tanto.

Bueno, esto no fue sino un escape, como se podrán dar cuenta, jaja.



Paz

jueves, 4 de junio de 2009

Salve, Dairy Queen


Pues resulta que hoy ando de buenas –así es, me supuse que sería un giro interesante el venir a contarles esto a ustedes, mis encarnizados lectores, (jajaja ¡¡Encarnizados lectores!!)-

No sé, la verdad, si es la exorbitante dosis de azúcar que me zampé hace unas horas, jajaja, o si es la música, o fue la compañía, o lo que sea… pero el punto es que me siento ligera y buenaondoza. Curioso, en realidad, porque antes de las siete de la tarde estaba pensando seriamente en ir a deprimirme a cualquier café –el que fuera- con una revista y todo mi pesimismo de rigor, jiji.

Pero no. Hoy no me importa nada. El trabajo, los hombres, El hombre, el hambre, mi yo con título de nobleza…todos me son tan irrelevantes como despreocupables. Nada existe. Sólo mi glucosa y mi lista de reproducción aleatoria. Qué maravilla es que nada tenga consecuencias, ¿No? No tengo que ir a ningún lado, ni contestar demanda alguna, ni estudiar, ni quedar bien… ¡Nada!. Soy tan libre como pocas veces en el último año. -¡Estoy casi dispuesta a dejar de lado la ortografía! ¡¡IMAGINEN!!-

Creo que debería ser así más seguido. Aunque eso implique una diabetes segura. ¡Jajaja!


Mientras tanto: ¡¡Yo te bendigo, Dairy Queen!!















…tú te acoplas, Azucena, no vayas a ponerte celosa.






JAJAJAJAJAJA.





Paz.






¿¡¿¡¿¡¿¡¿¡Se fijan que la foto está a COLOR¡??!?!?!?!